El equipo de Axel Kicillof negocia con banqueros el lanzamiento de un “bono patriótico” para captar del mercado unos $25 mil millones que le permita cubrir el gasto previsto para el último cuatrimestre del año.

De acuerdo a las estimaciones de los economistas, el gobierno tiene un bache entre los gastos y los recursos de como mínimo $85 mil millones de acá a diciembre. El problema es que el Banco Central está siendo exprimido al límite y por el reglamento de su Carta Orgánica sólo le quedan $60.000 millones para prestarle al Tesoro en lo que resta del 2014. De ahí que el ministro de Economía pretenda obtener la diferencia para llegar a los $25.000 millones por esta vía.

Fuentes del sistema bancario contaron a LPO que será un bono a 26 meses de plazo, es decir que el vencimiento sería recién a fines de 2016. El rendimiento será a una tasa Badlar, que es la que surge del promedio del interés que pagan los plazos fijos de más de un millón de pesos, hoy ubicada en torno al 20%.

Esta es la segunda emisión de este tipo que realiza el gobierno en los últimos meses, después de la que concretó en marzo por $10.000 millones. La diferencia con las operaciones de deuda que vino haciendo hasta ahora es que no se trata de un papel con suscripción directa como las que se destinaban a la Anses, la Lotería, o las Lebac y Nobac, que coloca el Central.

Sin embargo, la iniciativa no va a estar exenta de dificultades. Porque una normativa del BCRA le acota a los bancos a un determinado porcentaje de sus activos la proporción que pueden tener invertida en deuda pública. Con los montos que se manejan en esta emisión, algunas entidades pasarían a violar esa regla, por lo que en el equipo de Juan Carlos Fábrega estudian hacer modificaciones en ese punto para que no tengan problemas en suscribir este nuevo título.

Los funcionarios encargados de esta nueva edición del “bono patriótico”-que había bautizado Domingo Cavallo durante su gestión en el fin de la Convertibilidad ante la caída en la recaudación-, son el Secretario de Finanzas, Pablo López, y el viceministro de Economía, Emmanuel Álvarez Agis, que están presionando para que acepten el "Bocan", como se llamará la emisión, tal como adelantó hoy Ámbito Financiero.

El papel estará destinado no sólo a los bancos sino también a las aseguradoras.

Pero lo cierto es que las entidades no están muy entusiasmadas, porque la tasa Badlar está en un 20%, por debajo de la inflación, por lo que no es precisamente una inversión atractiva. Por eso los banqueros se escudan en el requisito dispuesto por el Central que le pone límites a la exposición de deuda pública de sus patrimonios.

Si el gobierno no logra concretarlo, estará en una situación complicada, porque de otra manera no le cerrarían las cuentas. En ese sentido, la única manera de que el Central pueda girar una suma superior a los $60.000 millones es si todos los miembros del directorio firman un documento que señala que la movida no deteriora el patrimonio del BCRA.

Fuentes del sistema financiero comentaron a LPO que esa firma no es fácil de conseguir, por las implicancias legales que podría caer sobre los directivos, que no estarían muy dispuestos a arriesgarse.